martes, 10 de febrero de 2015

Los supervivientes

Entrada escrita por el Dr. MÁNGEL:

Después de tantos años ya de crisis de los coj..nes y tanta borrachera de sí pero no, de que la Sexta diga una cosa, Intereconomía que no, que nosotros llevamos la razón, los brotes verdes, la Champions League de la economía mundial; Después del pleno empleo y de que no voy a subir los impuestos, después del 3+2 (ojo cuidao, que 3+2 no son 5, son 14.000 por la misma regla de tres que 1+1 son 7…¿Quién me lo iba a decir?!)…

Que la gente está un poco “hartita” del tema ya es algo obvio y lógico visto lo visto. Ya hemos visto el “No hay pan pa tanto chorizo” y “Podemos”. Seamos sinceros…no estoy descubriendo América. Y esto empieza a ser “muuuuuuu cansino” que diría Jose Mota. Sin embargo, y dejando a un lado las cosas que no entiendo (primas de riesgos, bonos basura,… ni siquiera sé qué carajo es “La Troika” oiga!), quiero contar algo de lo que yo creo que es la crisis.

La gente de nuestro entorno está muy quemada, cada vez peor. Con trabajo y sin trabajo…da igual! Los de “treintaypico” están (estamos) perdidos en sus vidas. Y la gente de los “cuarentaypico” les gustaría perderse pero en realidad huyen para adelante porque con la hipoteca que contrataste en 2007 (cresta de la ola) y un niño o dos, te falta mundo pa correr.

Veo y siento personas a mi alrededor y es difícil no enfadarse y caer en la tristeza. El problema ya no es que haya 5 millones de parados (¡que lo es!). El problema es que parece que se haya cortado la evolución vital de las personas. Si te paras a pensarlo y perteneces al selecto club de los “treintaypico” (lo que viene siendo “La flor de la vida”), tus padres con tu edad ya te estaban dando el biberón, estabas empezando a andar, o casi casi ya tenías hecha la comunión. En nuestro caso, ni biberones ni comuniones. Estamos encallados, con las mismas previsiones de una persona de 24 años, con la diferencia de que tenemos 10 años más.

Sin darnos cuenta, estamos dentro de una situación en la que es prácticamente imposible tener pareja (el rollo “tú en Boston y yo en California” no funciona), si te vas a Alemania, te vas con todo. Casi que no merece la pena “enchocharnos” con nada y sea mejor practicar el Carpe diem y ya mañana veremos que es de mí y donde estoy. Sin darnos cuenta, la idea de estabilidad es cada día más etérea, los valores se van diluyendo en el cinismo… y así nos va.

Ya por no hablar de la precariedad laboral (el que la tenga), el de “vivir justito” durante el tiempo que haga falta porque es lo que toca y rezar a la Virgen para que el próximo año te renueven el contrato.

Si queremos valores, necesitamos personas íntegras y estables que puedan desarrollarse como personas y evolucionar. Ahora mismo hay dos generaciones que están totalmente varadas y no pueden evolucionar, por lo que “la crisis no es económica, es mucho más profunda”: Es muy difícil ahora formar familias, ergo se pierden los valores familiares, ergo la natalidad disminuye. O nacen pocos niños o los que nacen no pueden educarse y criarse bien (padres “encabronados” con su propia situación personal/laboral/económica que pasan poco tiempo en casa…). Y la cosa suma y sigue.

Quizás hoy estoy un poco pesimista y estoy seguro que al final, sobreviviremos todos porque, si algo ha demostrado nuestra generación es que somos TODOS supervivientes de primera. Especialistas en caerse y levantarse, másters en hacer magia con mil euros, y doctorandos en tirar para adelante con lo que hay, llueva, truene o haga sol. Es lo que nos ha tocado vivir y lo estamos viviendo.


Obviamente, expongo el problema y no propongo la solución. Si tuviera la solución, seguramente también tendría el teléfono de Merkel y Obama en mi agenda y muchos ceros en la cuenta. La única intención de estas palabras es “escupirlas”, reflexionarlas y compartirlas en el blog de mi amiga y maestra en “Asturianía” donde tantas cosas ciertas se escriben.


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