jueves, 4 de diciembre de 2014

La carta de Feynman

¡Hola lectores!

Por tod@s es sabido, o debería serlo, que uno de mis físicos favoritos (no tengo muy bien definido mi TOP FIVE en cuanto a físicos se refiere) es  Rychard Feynman.



Muchas veces me he planteado escribir sobre él, sobre la bomba de hidrógeno, sobre sus vaciles a la policía, sobre el proyecto Manhattan o polemizar con su frase: "La Física es a las Matemáticas lo que el sexo es a la masturbación." Pero al final, he  decidido que lo mejor de Feynman que podría descubriros, es el lado "ñoño". La carta que le escribió a su esposa Arline,cuando ésta ya había fallecido.


Arline Greenbaum y Richard Feynman fueron novios desde el instituto y se casaron cuando él aún estaba en la universidad porque Arline estaba enferma de tuberculosis. Eran conscientes de la situación, y querían pasar el mayor tiempo posible juntos.
Cuando él tuvo que trasladarse a trabajar en el Proyecto Manhattan, en Los Alamos, Richard dispuso que Arline recibiera su tratamiento lo más cerca posible a su lugar de trabajo, en Albuquerque, sitio donde falleció el 16 de junio 1945. Ella tenía apenas 25 años. Murió un mes antes de que su marido pudiera contarle que aquel proyecto secreto en el que trabajaba fue un éxito.

Casi un año y medio después, en octubre de 1946, Feynman escribió a su difunta esposa la siguiente carta de amor y la selló en un sobre. La carta permaneció en su escritorio sin abrirse hasta después de su muerte en 1988. 

Para Arline Feynman, 17 de octubre 1946
 D'Arline, te adoro, mi amor.

 Sé lo mucho que te gusta oír eso -pero no sólo lo escribo porque te gusta- lo hago porque escribirte me hace sentir una agradable tibieza interior. Hace ya demasiado tiempo desde la última vez que te escribí – casi dos años, pero sé que me perdonas porque entiendes cómo soy, terco y realista–,  y yo que pensaba que no había sentido en la escritura. Pero ahora sé, mi querida esposa, que lo correcto es hacer lo que me he demorado en hacer, y que hice tanto en el pasado. Quiero decirte que te amo. Que quiero amarte. Que yo siempre te amaré.




Me resulta difícil mentalmente entender lo que significa amarte después de que estás muerta, pero aún tengo deseos de consolarte y cuidarte, y también quiero que me sigas amando y preocupándote por mí. Quiero tener problemas para discutirlos contigo y quiero hacer pequeños proyectos juntos. Nunca lo pensé hasta hace un momento y supe que podemos hacerlo. ¿Qué debemos hacer? Empezaremos juntos a aprender a coser ropa – o aprender chino–  o conseguir un proyector de películas.



¿No puedo hacerlo ahora? No. Estoy solo, sin ti, y tú eras la mentalizadora y entusiasta de todas nuestras aventuras salvajes. Cuando enfermabas te preocupabas porque no podías darme algo que querías y pensabas que yo necesitaba. No debías preocuparte. Fue entonces cuando te dije que no había necesidad de hacerlo porque yo te amaba de muchas otras maneras, y demasiado. Y ahora es claramente más cierto, tu ahora no puedes darme nada pero te sigo amando porque no voy a amar a nadie más, y quiero que permanezcas ahí.



Tú, muerta, eres mucho mejor que cualquier otra persona viva. Estoy seguro que piensas que soy un tonto, que quieres que sea completamente feliz y que no quieres ser un obstáculo en mi camino. Apuesto a que estás sorprendida de que a estas alturas ni siquiera tenga novia después de dos años. Pero no puedo evitarlo, ni he querido, ni he podido – ni yo lo entiendo, porque he conocido a muchas chicas y muy agradables y no quiero estar solo– pero en dos o tres reuniones que tuve, eran ellas las que parecían sin vida. Sólo tu permaneces conmigo. Tú eres más real.



Mi querida esposa, yo te adoro. Amo a mi esposa. Mi esposa está muerta.



Rich.

PD Por favor, disculpa que no pueda enviarla por correo, pero no sé tu nueva dirección.

No hay comentarios:

Publicar un comentario